Consejo 1: Hay que preguntar
Para que un corte de pelo sea
perfecto, lo primero es saber adónde hay que dirigirse. Valgasé de buenas
recomendaciones de amigos y familiares o el prestigio que posee.
Consejo 2: No se
"corte" al hablar
Usted es un hombre. No le gusta
que le vean las cartas cuando juega. Pero los barberos y los peluqueros no son
adivinos; le corresponde a usted indicarles claramente qué tipo de cabello
desea tener. Si puede, arranque una foto de una revista que muestre el corte
que busca. En serio: una imagen vale más que mil palabras.
Consejo 3: Sea concreto
No hable en términos generales.
Por ejemplo, puede pedir que le recorten el pelo, pero lo que para un barbero
es un recorte, para otro barbero es un rapado al cero. Para evitar este tipo de
malentendidos, que pueden tardar meses en arreglarse, descríbale claramente al
peluquero cómo quiere que quede el pelo, y asegúrese de que le entiende sin
ningún tipo de duda.
Consejo 4: Sea realista
Usted quiere el corte que luce
Brad Pitt en El río de la vida. Es comprensible. Pero: ¿es realista? No es
realista si tiene poco pelo o si su cabello tiene rizo natural. Por preguntar
no pasa nada, pero es aconsejable escuchar el punto de vista sincero del
peluquero o barbero, que le indicarán qué tipo de corte le quedará mejor.
Consejo 5: Confíe en el
profesional
Los barberos y los peluqueros son
profesionales preparados que tienen en cuenta factores como la forma de su
cabeza, y cómo quedará su rostro enmarcado en un peinado. Hable claramente del
corte que quiere y de los peinados que le gustan, y deje que el peluquero le
indique la mejor manera de conseguir los resultados deseados. Por ejemplo,
merece la pena esperar a oír la opinión del peluquero en lo que respecta a las
patillas y al cogote, porque quizás no vayan bien con el nuevo corte.
Consejo 6: Trate bien a las
personas
Conviene llevarse bien con una
persona que tiene unas tijeras y una cuchilla afilada en la mano. Es algo
evidente, pero merece la pena recordarlo. Sea puntual, salude atentamente y
deje una buena propina para que vaya todo mejor.
Hay pocas cosas que generen tanta
autoestima como un buen corte de pelo, sobre todo si se tiene en cuenta el
precio. Por suerte, es una oportunidad magnífica de sentirse a gusto con uno
mismo que puede disfrutar cada cuatro o seis semanas.